* “Fiesta familiar en el kiosco municipal exhibe el desorden y la falta de autoridad en el gobierno de Adolfo Solís Gómez.”
* “Mientras el ciudadano necesita permisos, familiares del alcalde usan espacios públicos sin control ni sanción.”
Por Walter Mercado
Almoloya de Juárez, México.– Lo ocurrido la noche del pasado sábado en el kiosco de la cabecera municipal deja en evidencia el clima de permisividad que se vive bajo la administración de Adolfo Solís Gómez. De acuerdo con vecinos del lugar, alrededor de las 11:30 de la noche se realizó una reunión con música de banda, presuntamente encabezada por Concha Solís, servidora pública y familiar directa del presidente municipal.
El hecho no pasaría de una simple reunión si no fuera porque ocurrió en un espacio público y fuera de horario permitido, sin que ninguna autoridad municipal interviniera para hacer valer el reglamento. Este tipo de situaciones reflejan el desorden institucional y la falta de control que hoy impera en la administración local.
Mientras a los ciudadanos se les exige cumplir con permisos, pagos y normativas, algunos servidores públicos parecen gozar de total impunidad. La imagen del gobierno municipal se ve nuevamente cuestionada, no solo por la falta de resultados, sino por la confusión entre lo público y lo privado.
Los habitantes de Almoloya de Juárez merecen autoridades que den ejemplo, no que utilicen su posición para convertir los espacios comunes en escenarios personales.
La rendición de cuentas comienza con el respeto a la ley, y si la autoridad municipal no es capaz de aplicarla dentro de su propio círculo, difícilmente podrá exigirla a los demás.
Ante esta situación, se hace un llamado al Órgano Interno de Control Municipal y al Cabildo de Almoloya de Juárez para que revisen la conducta de los servidores públicos involucrados y determinen si existió uso indebido de espacios o recursos públicos. El respeto a la ley no puede ser opcional, y menos cuando se trata de quienes deben servir con ejemplo y transparencia
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